En
este tercer reto el foco de atención se centra en la Administración pública,
mediante la identificación de un proyecto vinculado con el desarrollo
sostenible donde la Administración sea agente emprendedor. En la búsqueda de
este proyecto, he entendido necesario localizarlo en una administración con un ámbito
territorial determinado, de cara a visibilizar su actuación en un ámbito concreto
y específico.
El
agua es el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 de la Agenda 2030. Como
bien común público, es un derecho humano, esencial para la vida y recurso
imprescindible para el desarrollo sostenible. La Exposición Internacional de
Zaragoza 2008, bajo el lema “Agua y desarrollo sostenible”, supuso un hito que
unió a todos los agentes para pensar en un futuro de crecimiento sostenible, de
calidad del agua y de empleo para todos.
El
proyecto Ebro 2030 retoma el legado de la Expo 2008, proponiendo alianzas
intersectoriales desde las que impulsar políticas transformadoras orientadas al
desarrollo sostenible a través de actuaciones de mejora y diversificación del
sistema productivo, exploración de nuevas oportunidades regionales, explotación
de ventajas competitivas y atracción de empresas e inversiones de dimensión
relevante.
El
proyecto propone actuaciones en tres ejes: Plan Ribera para garantizar una
convivencia segura y productiva con el río; Plan Expo Innova para consolidar el
espacio de la Expo 2008 como entorno de referencia para las nuevas tecnologías
y economías sostenibles; y Agenda internacional de eventos para la región de Aragón
y que la ciudad de Zaragoza siga siendo reconocida como la capital del Agua.
A
través de estos planes, el proyecto contempla subvenciones para la creación y
modernización de hectáreas de regadío, también para la prevención de riesgos
de inundación y para impulsar el uso de la bicicleta y mejorar el transporte
público. Asimismo, incluye actuaciones de limpieza y acondicionamiento de los
cauces del rio y de compra de terrenos inundables en el valle del Ebro, todo
ello acompañado de un amplio elenco de medidas de concienciación y formación.
En
su papel impulsor de este proyecto, el Gobierno de Aragón no pretende dejar a
nadie atrás, sino llevarlo a cabo a través de la coordinación institucional, el
desarrollo local participativo y la implicación de todos los agentes. Su
protagonismo es esencial para acometer el cambio sistémico que se pretende, no
solo por sentar las bases de este nuevo ámbito de innovación, sino para poder
hacerlo con un enfoque sistémico estableciendo objetivos claros y planteando
conexiones entre iniciativas y actores, todo ello de cara a la consecución de
la misión que se plantea: el bienestar de las personas y el cuidado del
territorio.
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